Los trenes del Berner Oberland Bahn, prestan servicio entre Interlaken Ost y Grindelwald y Lauterbrunnen en Suiza son conocidos mundialmente tanto por su eficiencia, como por los maravillosos paisajes que atraviesan…
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Se trata de un ferrocarril de vía métrica, inaugurado en 1890 para satisfacer la gran demanda turística que generaban los encantadores valles alpinos puestos de moda por lord Byron y otros autores románticos de la época. En sus orígenes funcionaba con locomotoras de vapor, algunas de las cuales han sido preservadas y salen a paseo en contadas ocasiones con motivo de alguna sonada festividad. En 1914 fue electrificado a 1.500 voltios de corriente continua. Cuenta con 24 kilómetros de recorrido que adoptan la forma de una Y griega.
Su origen está en Interlaken Ost. En Zweilütschinen se bifurca en dos ramales, uno a Grindelwald y el otro a Lauterbrunnen. La estación de Interlaken Ost acoge también los trenes de los SBB procedentes de Berna, los del Berna Lotchsberg Simplón (BLS) y los del Brunig Bahn procedentes de Lucerna.
El movimiento de tantos y variados trenes constituye un espectáculo ferroviario de primer orden, capaz de dejar boquiabierto hasta el aficionado más apático.
Cada hora sale de Interlaken Ost un larguísimo tren formado por dos ramas compuestas por un furgón y cinco o más coches cada una. Hasta Wilderswil, el trayecto es por terreno llano, rodando a buena marcha. Aquí se parte la composición, y una rama sigue hacia Grindelwald y la otra a Lauterbrunnen.
La subida a Grindelwald (1.034 metros) es salvada con algunos tramos de vía equipados con cremallera sistema Riggenbach, que el tren engancha sin detenerse. Tan sólo se limita a aflojar discretamente la marcha. Al doblar el recodo de Schwendi, el Wetterhom da la bienvenida al país de Heidi.
Transcurrida media hora de viaje llegamos a Grindelwald, y el tren se estaciona junto a las unidades del Wengemalp Bahn, que suben hasta Kleine Scheidegg a paso de caracol para luego bajar a Lauterbrunnen a la misma velocidad parsimoniosa. A no ser que quieras transbordar al ferrocarril de la Jungfrau que te llevara al Techo de Europa, 3.454 metros de altura, el tercero del mundo en este campo.
El recorrido a Lauterbrunnen (796 metros) es más suave y no requiere tramos de cremallera. Pero resulta igualmente placentero. El tren circula por las riberas del Lütschinen, que arrastra pedazos de hielo de los glaciares de la Jungfrau, la mítica cumbre que desató el entusiasmo de Lord Byron.