Compuesta de diversos materiales, entre los que destacan, fundamentalmente hierro, bronce, latón, cobre, chapa, aluminio, zinc, calamina, etc.; maderas, tanto nobles como ordinarias, tejido, papel y vidrio, la colección del Museo del Ferrocarril es algo digno de visitar…
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Todos y cada uno de estos materiales requiere condiciones específicas de conservación que el Museo estudia y procura que el paso del tiempo, la manipulación, la exhibición o la contaminación incidan lo menos posible en cada pieza, para lo que se llevan a cabo medidas de conservación preventiva en colecciones y materiales.
Cuando se hace inevitable intervenir en la pieza a su restaurar, se siguen ciertos criterios fundamentales, como ser su rigor histórico y la integridad de la misma. Es así como el Museo colabora con la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Comunidad Autónoma de Madrid desde el año 2002 en la restauración de piezas de su colección, fundamentalmente documentos gráficos y materiales inorgánicos.
Las piezas son restauradas por los alumnos de la Escuela bajo la supervisión de los profesores especializados en cada área. Fruto de esta colaboración, se han restaurado diversas acciones y obligaciones de antiguas compañías ferroviarias, un cartel de “Reales Órdenes”, y la maqueta del puerto de Pajares.
Las restauraciones de grandes piezas, especialmente las locomotoras y coches, son realizadas por los restauradores del Museo en sus instalaciones. En el caso de las locomotoras de vapor operativas existe un acuerdo con la Asociación para la Reconstrucción de Material Ferroviario (ARMF) de Lérida, especialistas en la reparación de este tipo de vehículos.
Sin duda, el museo cumple con una función fundamental para conservar el histórico material ferroviario, y todo esto para que quienes lo visiten puedan apreciar como se originaron los ferrocarriles españoles, conocer más de su historia y porque no, sentir un poco de nostalgias de una época gloriosa.