La red ferroviaria de Suiza es una de las más densas del mundo, al igual que su aglomerado de autopistas. El tráfico de trenes es muy intenso convirtiéndolo en el más alto del planeta. Los servicios de pasajeros son el modelo a seguir por su precisión y puntualidad, a pesar de que el relieve no los favorece para nada con sus montañas y quebradas. Pero el tren es más que todo…
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Los suizos son los más apasionados viajantes de Europa. Durante el año 2005 han realizado cuarenta y dos viajes y recorrieron un total de 1.929 kilómetros por pasajero/año.
Los Ferrocarriles Federales Suizos (FFS) llevaron en el año 2004 a 276 millones de pasajeros y, alrededor de 56 millones de toneladas de mercancías. Los trenes de viajeros alcanzaron a recorrer una distancia superior a los 125 millones de kilómetros en una red pequeña, de 3.163 kilómetros de rieles. Como podrán notar es mucho kilometraje de vías en un país pequeño como lo es Suiza, superior en algunos casos al uso de algunas aerolíneas.
En está red ferroviaria circulan además de los ferrocarriles del estado suizo compañías privadas que utilizan una extensión de vía de dos mil kilómetros, cuya cifra en el 2003 se llego a transportar cerca de 169 millones de pasajeros en todo el año.
El reto de subir la montaña
Los trenes por más poderosos y fuertes que los veamos, en un país como Suiza que posee una gran cantidad de montañas les es difícil ascender por ellas. Por eso, los suizos fueron grandes constructores de vías para que estos trenes pudieran circular por terrenos relativamente llanos y pudieran circular hacia arriba por pendientes de trazado amplio y, no tan empinadas como las que se suele ver y se han adaptado a los trenes de carga para circular por allí sin problemas.
En el Cantón de los Grisones podemos apreciar gran cantidad de viaductos ferroviarios que en los últimos años ha resultado una atracción turística para los viajeros por este bello país. Muchos aficionados, del ferrocarril de todo el mundo llegan cada año para visitar y recorrer los viaductos, que en su mayoría fueron construidos en el Siglo XX.
La meta más alta que puede llegar un viajero es a la estación en la cumbre del Jungfrau (Oberland Bernés), situada a una altura de 3.454 m.s.n.m., por lo que es la estación más alta de Europa, un verdadero reto llegar hasta allí y subirse, o bajarse del tren. La subida al Jungfraujoch, posee un famoso restaurante mirador, es, en conclusión la ascensión al reino de los cielos.
Por mi experiencia es muy importante la comunicación en un lugar en el que hay muchas montañas, en Suiza la comunicación ferrovial es excelente, lo que permite moverse por el país de una manera cómoda, rápida y segura.