El siglo XIX marca un antes y un después en los avances del ferrocarril ya que primeramente se consigue que los trenes viajen a 100 km/h aumentando para ello el volumen de las calderas y el tamaño de las ruedas. Por otra parte también se avanza mucho en la comodidad, los trenes comienzan a disponer de muchas comodidades gracias a George Pullman que incluye todas las comodidades de la época en estos transportes.
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A lo largo de este siglo se realizan avances muy importantes en las locomotoras para que sea posible sobrepasar los 100 km/h, los principales fueron:
– El aumento de la temperatura en las calderas de 200º C a 300º C.
– Se reduce la pérdida de energía.
– Se inventa el freno de aire comprimido.
Una vez superadas estas barreras y realizados estos importantes avances los trenes evolucionan con diferentes características con las que se crean muy diferentes tipos de trenes, los más conocidos y utilizados son:
– Trenes de alta velocidad: Este tipo de trenes es el más rápido que existe en la actualidad y en algunos trayectos pueden tardar hasta menos que un avión, los más destacados son el AVE en España, el Tren Bala en Japón y el TGV en Francia.
– Trenes cremallera: Cuyo principal uso es poder ascender y descender por profundos desniveles de casi un 50%. Este tipo de trenes se utiliza sobre todo en Suiza.
– Trenes monorraíles: Utilizados principalmente para que puedan moverse por zonas más angostas tiene su principal característica en que se apoyan o son sustentados por un solo ráil.